La forma en que pensamos acerca de la salud mental afecta cuán cómodos estamos cuando tenemos que hablar del tema, o cuando tenemos que buscar apoyo.

¿Qué puedes hacer?

Habla. Escucha. Reemplaza el silencio incómodo con preguntas y mucha comprensión. Habla acerca de los factores que te estresan y los desafíos que enfrentas y anima a los demás a platicar contigo sobre los suyos. Difunde el mensaje de que las personas no tienen la culpa de sus problemas de salud mental, y que el tratamiento profesional sí funciona.

El problema

Cuando la salud mental se ve como un problema que solo afecta a "otras personas", aquellos de nosotros que necesitamos hablar sobre nuestra salud mental nos avergonzamos o desanimamos, no nos sentimos seguros al hablar sobre nuestras necesidades o buscar atención médica.

Comenzando la plática

Recuerde escuchar primero y demostrar compasión. Con mucha frecuencia, las personas que intentan hablar sobre su salud mental son excluidas o ignoradas, o se les dice que "se sobrepongan" “lo superen” o "se pongan fuertes". Sin embargo, los desafíos de la salud mental no pueden ser eliminados, y las personas que son lo suficientemente valientes para enfrentar abiertamente esos desafíos, no quieren simplemente llamar la atención.

Pasado y presente

Históricamente, la sociedad ha considerado los problemas de salud mental como un signo de debilidad, pero en el último medio siglo hemos aprendido mucho más sobre cómo funcionan nuestros cerebros. Ahora sabemos que los desafíos a la salud mental positiva no son culpa de nadie y la plática es necesaria para todos, sin importar cuan pasajeras o graves sean las necesidades de salud mental.